Por Ana María Ureña
Se dice que hay que estar vivo, para ver y oir vainas, y nunca vamos a salir del asombro con estos perversos que manejaron los procesos de fraudes electorales del 6 de octubre del año 2019 y el del 16 de febrero del corriente.
Este grupo de fascinerosos que debimos hacerlos renunciar el 7 de octubre, tras el fraude a Leonel Fernández, no tiene escrupulos, optan por quedarse y esta mujer se cree que nos chupamos el dedo todos.
Para justificar su pretensión ha salido con argumentos baladíes, que ella misma no se lo cree, pero algo hay que inventarse cuando usted no tiene pudor y ni un ápice de moral.
«A ella la están extorsionando y objetando, hasta personas que le han pedido dinero, y para que el teatro le quede mejor incluyó a todo el pleno de la asociación de malhechores», ridícula.
Y no vamos a escribir: Que perdió la «vergüenza», porque desde el punto de vista científico, es imposible asegurar que se pueda perder lo que nunca se ha tenido.
Como es posible que una mujer que acaba de participar en menos de cuatro año en tres robos de elecciones. El primero con Roberto Rosario Márquez, a quien le prometieron dejarlo en la Junta, si aplicaba el muñeco electoral que ellos querían, que incluía «Mi Congreso» y varias alcaldías, pero no pudieron asaltar la del Distrito Nacional, ya que fue descomunal la repulsa contra el falsante de Roberto Salcedo, y no pudieron robarsela a David Collado.
Sobre esto último, se presentó alrededor de las 12:00 de la medianoche, al Dominican Fiesta Hotel & Casino, Los Cacicazgos, donde operó la Junta Central Electoral esas elecciones, una comisión encabezada por José Ramón Peralta y Francisco Javier García, a reclamarle a Rosario, que: Qué pasaba que David Collado, se mantenía arriba?.
Al Roberto, responderle que la diferencia era demasiada para robarsela, estos se fueron con el rabo entre las piernas, no sin antes cometer la fresura y el abuso de asaltar el departamento de Prensa, y mandar a salir a todos los periodistas, porque ellos se iban a reunir ahí.
No sabemos si este altercado decretó la salida de Roberto Rosario, de la JCE, ya que repetimos, les habían prometido dejarlo, por aplicar el fraude como ellos indicaron.
La que sí dejaron fue a esta mujer Rosario Graciano de los Santos, que se cree que por lo «de los Santos», está exenta de los dos fraudes electorales de esta administración y Danilo Medina, el primero contra Leonel y el segundo contra todo el país. Y se viene a pintar de Santa, buscando seguir mamando en la JCE, cuando lo que procede es que esta asociación de malhechores encabezada por Julio César Castaños Guzmán, responda en un tribunal sobre los daños que han causado económico e institucional al país.
La imagen donde aparece esta mujer en el podio, data de cuando la JCE que presidió Roberto Rosario, para que vean que esa infeliz tras ocho años haciendo daños, pretende seguir en eso.
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